¿La guerra biológica es un invento moderno?

Si hablamos de la guerra biológica, seguro que todo el mundo piensa en virus y microorganismos desarrollados en avanzados laboratorios, en sofisticadas armas de espías... Sin embargo, la guerra biológica no es algo tan moderno como comúnmente se piensa. De hecho, ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes. La idea de imitar a la naturaleza en el uso de plagas, epidemias y enfermedades ha estado en la mente del hombre antes incluso del gran desarrollo de la microbiología y biotecnología que se ha dado en los últimos siglos.

Antes de nada, es necesario dejar claro un par de conceptos: Un arma biológica es cualquier organismo patógeno que se usa como arma de guerra (por ejemplo, bacterias y virus), algo que no se debe confundir con arma química (guardan parecidas, pero las armas químicas son organismos no vivientes, como por ejemplo toxinas). Las armas biológicas son consideradas armas de destrucción masiva.

Como íbamos diciendo, la historia de la guerra biológica se remonta siglos y siglos atrás. Aunque las técnicas más primitivas eran muy rudimentarias, no por ello eran poco efectivas. El primer caso documentado de uso de un arma biológica lo encontramos entre los años 1500-1200 a.C, cuando los hititas recogieron a víctimas y fallecidos por la peste y los llevaron a las tierras enemigas para que se extendiera la enfermedad. Esta técnica, la de transportar enfermos a tierras enemigas, era una manera ideal de atacar al mismo tiempo a soldados y a la población civil.

También era popular el envenenamiento de pozos y reservas de agua. Por ejemplo, en el año 590 a.C, durante las Guerras Sagradas de Grecia, los atenienses envenenaron pozos con la planta venenosa eléboro. También se sabe que los romanos y los sirios solían tirar animales en proceso de putrefacción para transmitir bacterias y microorganismos al agua.

Una técnica más enfocada a atacar a un individuo en concreto y no a una población en general era la que solían usar los pueblos escitas ya en el siglo VI a.C. Sumergían las puntas de sus flechas en algún tipo de sustancia patógena (veneno de serpiente, heces...) para que infectaran la herida del enemigo al que alcanzaban, potenciando así mucho más el poder de las flechas.

Y, hablando de venenos, no nos podemos olvidar de dos animales que fueron usados con muchísima frecuencia: Las serpientes y los escorpiones. En más de una ocasión, los romanos se encontraron con enemigos que usaban vasijas llenas de serpientes o escorpiones, las cuales eran lanzadas contra ellos para provocar no sólo bajas, sino también el miedo y la desconcentración.

En la Edad Media, como era de esperar, la gran protagonista de los ataques biológicos fue la peste bubónica. Por poner un ejemplo, cuando los mongoles asediaron la ciudad de Caffa en el siglo XIV, cogieron a los fallecidos por la peste negra y los lanzaron con catapultas por encima de las murallas de la ciudad. También existía una versión más "light" del ataque, en la que se lanzaban las ropas y pertenencias de los enfermos. Quizás la efectividad de estos ataques no fuera la esperada (el mayor foco de transmisión de la peste eran las pulgas con ayuda de las ratas negras, y no por contacto con los muertos), pero teniendo en cuenta la gran cantidad de supersticiones y desconocimiento que había en aquella época, seguramente infundía un terror enorme.

El mecanismo de "inundar" una ciudad asediada por medio de catapultas no se realizaba sólo con fallecidos por la peste. También se solían tirar excrementos, estiércol y cualquier cosa que pudiera provocar infecciones, enfermedades y, también hay que tenerlo en cuenta, malestar general.

Uno de los intentos de guerra biológica más potentes y despiadados fue el que realizó el general inglés Jeffrey Amherst contra los nativos americanos entre los años 1754-1767. Con el objetivo de (según sus propias palabras) "extirpar a esta raza execrable", les repartió a modo de regalo las mantas que habían usado los ingleses enfermos de viruela (por supuesto, los nativos creían que eran mantas en perfecto estado que se daban como muestra de paz). Dado que los americanos carecían de anticuerpos contra esta enfermedad, fue cuestión de días que se propagara una epidemia que acabó con la vida de más de 100000 personas. La idea de este plan está perfectamente reflejada y bien documentada en unas cartas que Jeffrey Amherst intercambió con el coronel Henry Bouquet, aunque, todo hay que decirlo, algunos historiadores creen que ese brote de viruela pudo haber surgido antes por otros medios, dejando inválido el ataque (hay mucha discusión al respecto).

En la época de colonizaciones de zonas americanas y del Pacífico, sucesos como el relatado anteriormente se sucedieron de forma regular, debido principalmente a la falta de defensas de los nativos frente a nuevas enfermedades.

Sin embargo, y como era de esperar, durante el siglo XX la guerra biológica alcanzó un nivel muchísimo mayor de sofisticación, gracias al avance de la microbiología. Durante las dos guerras mundiales se desplegaron algunas modernas técnicas nunca antes vistas.

Quizás el caso más espectacular se dio en Japón. Uno de los primeros hombres que aprovechó el mejor entendimiento de la microbiología para desarrollar armas biológicas fue Shirō Ishii, japonés que dirigió el Escuadrón 731. Este escuadrón es considerado a día de hoy como el responsable de uno de los mayores crímenes de guerra, semejante al del exterminio nazi. Allí se llevaron a cabo innumerables experimentos de guerra bacteriológica sobre sus prisioneros. Los japoneses centraron su investigación en enfermedades como la cólera, la viruela, el botulismo... Incluso desarrollaron "bombas" que extendían estas enfermedades allí donde caían. También fueron los responsables de envenenar alrededor de 1000 pozos en China en época de guerra. Por supuesto, este escuadrón acabó disolviéndose y fue denunciado por la ONU.

Evidentemente, como respuesta a los japoneses el resto de superpotencias también desarrollaron un gran armamento biológico, como el ántrax o el muermo. Este tipo de armas cada vez se asemejaron más a las que todos conocemos habitualmente, por lo que no merece la pena extenderse demasiado.

Sí que es curioso mencionar una anécdota ocurrida en Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. Los ingleses, que habían centrado su investigación en el ántrax, decidieron hacer una prueba y bombardear una isla escocesa llamada Gruinard. Ochenta ovejas fueron llevadas a la isla para comprobar los efectos que tenían las bombas. ¿El resultado? Murieron todas. Pero eso no fue todo: Tras los experimentos, el grado de contaminación fue tal que se prohibió visitar la isla durante años, y tuvo que llevarse a cabo un plan de descontaminación para eliminar los restos de la plaga. Hoy en día se conservan algunos vídeos del experimento.

Durante la Guerra Fría, también se intensificaron las investigaciones en armas biológicas, e incluso algunas se realizaron de forma secreta. Un experimento destacable fue el llevado a cabo por EEUU en 1966 que, para probar la seguridad de sus instalaciones, liberó en el metro de Nueva York la bacteria Bacillus subtilis. Los resultados del experimento demostraron que la liberación de un organismo en una sola estación podían infectar todo el sistema subterráneo. Por suerte, esto fue sólo una prueba; pero una versión real de este experimento ocurrió en el año 1995, en Tokio, cuando el grupo terrorista Aum Shinrikyō liberó en la estación de metro gas sarín, provocando la muerte de 25 personas (el gas sarín es un arma química y no biológica, pero sirve para ilustrar a modo de ejemplo el alcance que podría haber tenido el experimento de Nueva York si se realizara de verdad).

El uso de armas biológicas está a día de hoy terminantemente prohibido por las Naciones Unidas. La Convención de Armas Tóxicas y Biológicas, la cual más de 137 países habían firmado ya en 1996, prohíbe el “desarrollo, producción y acumulación de microbios o sus productos venenosos excepto en cantidades necesarias para protección y exploración pacífica.”

En definitiva, por todo lo que hemos estado comentando y por muchas cosas más, podemos afirmar con seguridad que la guerra biológica no es en absoluto algo que haya aparecido en tiempos modernos.


Nota: Este post participa en la tercera edición del carnaval de biología, que organiza el blog "El Pakozoico".

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¡Aniversario bloguero!

Quién lo iba a decir, curiosamente, el mismo día que celebramos el cincuenta aniversario del viaje de Yuri Gagarin (al cual le he dedicado ya un post) este humilde blog cumple su primer año de viaje.

Ha sido un año magnífico, y la verdad es que he disfrutado escribiendo todas y cada una de las entradas publicadas. Sí es cierto que estos últimos meses el ritmo de publicación ha bajado un poco; evidentemente, ha sido por falta de tiempo, cuando empecé este blog tenía algo más de ratos libres y, esto también cuenta, prefiero hacer artículos un poco más largos y extenderme bien en lo que quiero explicar a hacer posts cortos (que es lo que solía hacer en los inicios). En un futuro, cuando tenga más tiempo, volveré a coger un ritmo más rápido.

Por supuesto, os agradezco a todos vuestro apoyo, tanto a los nuevos lectores como a los que estáis desde el principio. A todos, tanto a los que estáis apuntados al Feed, como a los que me seguís por twitter, como a los que entráis de vez en cuando, a los que venís de agregadores web... Creo que se entiende el mensaje ;)

Si queréis rememorar algunos de los artículos que se han publicado a lo largo del año, siempre podéis echarle un vistazo a la pestaña de posts populares (donde se encuentran los más visitados) o la pestaña de series, una constante en este blog.

En total, han sido 143 entradas y 1330 comentarios (¡gracias!). La categoría sobre la que más he escrito es la de ciencia, en segundo lugar la de literatura y luego la de música.

Tampoco os voy a aburrir demasiado con las estadísticas, al final eso es lo que menos acaba importando. Lo importante es que ambos (tanto tú, lector, como yo) disfrutemos con el blog en la medida de lo posible. Y, sin duda, de lo que más he disfrutado yo es de la maravillosa gente que he conocido y con la que hablo prácticamente todos los días como si fueran un amigo más.

Y ahora, a por el segundo año... ¡Poyejali!
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50 años del viaje de Yuri Gagarin



«¿Vienes del espacio exterior?», preguntó la anciana. «Ciertamente, sí. Pero no se alarme, soy soviético»


Hoy, 12 de abril, se cumplen 50 años del primer vuelo espacial tripulado. Un hecho decisivo en la historia de la investigación espacial protagonizado por un gran personaje: Yuri Gagarin. A bordo de la nave Vostok 1, un joven cosmonauta de 27 años lograría realizar uno de los mayores hitos de la astronáutica. Mucho se ha hablado ya sobre su viaje y todo lo que aconteció en él, pero en este día conmemorativo y de celebraciones prefiero hablar de cómo se festejó en sus días este excepcional evento y de todo lo que ocurrió después.

Y es que, realmente, el recibimiento de Gagarin en su país natal fue de unas dimensiones enormes, llegándolo a tratar como a un héroe (monedas, estatuas...). Pero no adelantemos acontecimientos, empecemos por el principio:

Su llegada a la Tierra tras el viaje fue digna de una película. El lugar de aterrizaje de Gagarin no fue el esperado debido a una serie de retrasos, por lo que, en vez de ser recibido por un equipo de rescate, apareció en medio de un campo desolado cercano a Smelovka, un pequeño pueblecito soviético de la región de Sarátov. Allí, una anciana campesina y su nieta vieron cómo aquel extraño ser vestido con un uniforme naranja caía del cielo, originando así la curiosa anécdota que encabeza a modo de cita este artículo. A los pocos minutos, decenas de trabajadores y campesinos sorprendidos acudían ya a ver a Gagarin.

Poco después, un grupo de militares lo localizó y le permitieron ponerse en contacto con sus superiores para que confirmara el completo éxito de la misión. Desde ese momento, el flujo de celebraciones estaba abierto: Desfiles, discursos, viajes... El más espectacular de todos ellos fue, sin duda alguna, el que se celebró el mismo 12 de abril en Moscú, poco después de su llegada:



Pero su logro no sólo se quedó dentro de las fronteras soviéticas, sino que se extendió por todo el mundo, gracias en parte a los viajes que hacía Gagarin a través de todos los continentes, pasando por Londres, París, El Cairo, Nueva Delhi, La Habana... En todos esos lugares, como bien se puede observar en las fotos que he enlazado, la gente aclamaba a Gagarin como uno de los más grandes personajes de la historia, y levantaba la pasión de todo el mundo, incluso de los niños, que lo asediaban para conseguir un autógrafo suyo.

Gagarin, a pesar de que tenía un sentimiento patriótico, siempre abogó por la paz y la cooperación científica mundial en una época tan delicada como la que se estaba viviendo. La colonización espacial era algo que, según él, sólo se lograría gracias a la unión de la humanidad, como bien explicó durante un discurso en Manchester:

"Hay un montón de sitio para todos en el espacio exterior ... Yo me imagino el gran día en el que una nave espacial soviética desembarque en la Luna un grupo de científicos, los cuales se unirán a los científicos británicos y estadounidenses que trabajen en los observatorios con el espíritu de cooperación pacífica y la competencia en lugar de pensar en las líneas militares" - Yuri Gagarin

Tras este discurso, el público inundó de aplausos la ciudad al oír un mensaje tan esperanzador en un mundo donde la URSS y los EEUU competían por imponerse el uno sobre el otro.

Pero, al contrario de lo que se pueda pensar al oír estas cosas, la fama no se le subió a la cabeza a Gagarin, que nunca se acabó adaptando a la vida de la fama y mantuvo el espíritu trabajador de su juventud (recordemos que nació en una familia de carpinteros y que antes de decidirse a ser cosmonauta trabajó como obrero metalúrgico).

Él mismo reconoció que quería seguir con su trabajo en vez de retirarse, ya fuera de forma directa (como cosmonauta propiamente dicho) o indirecta (ayudando en la investigación o en la formación de nuevos cosmonautas):

"Todos nosotros proseguimos estudiando. Profundizábamos nuestros conocimientos en cuanto a los vuelos cósmicos. No abandonamos el destacamento de cosmonautas, seguimos trabajando en las aulas y laboratorios, compartiendo las experiencias con los futuros cosmonautas" - Yuri Gagarin

Muchas veces se ha dicho que la URSS eligió al mejor cosmonauta que podrían haber elegido para esta misión. Es cierto. Gagarin cumple a la perfección su papel como personaje icónico: Era muy profesional, tenía un gran espíritu de equipo, siempre tenía una sonrisa en la boca... En definitiva, era alguien ideal para convertirse en uno de esos personajes carismáticos que aparecen de vez en cuando en la historia de la ciencia.

Sin embargo, a pesar de todos los reconocimientos y grandes alabanzas que obtuvo de forma inmediata tras su viaje, Gagarin es olvidado por muchos a día de hoy. ¿Las causas? La difícil situación en la que se veía inmersa el mundo, la Guerra Fría, hizo que se crearan muchos intereses políticos alrededor de la carrera espacial. Y, por ello, cuando los estadounidenses llegaron a la Luna, ensalzaron el logro por encima del de Gagarin y lo tomaron como la victoria definitiva. Dado que Estados Unidos desarrolló una fuerte influencia sobre Europa, es comprensible que la gran hazaña de Armstrong "tapara" en cierto modo a la de Gagarin, cuando en realidad ambos se merecen el mismo reconocimiento. Y es que mezclar la política con la ciencia nunca da buenos resultados.

El legado de Gagarin es indiscutible. Él fue el pionero, el primer hombre en salir a aquél inexplorado lugar, el primero que se maravilló ante la belleza de la Tierra ("pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos").

No quiero terminar este artículo sin dedicarle unos cuantos párrafos a la gente que estuvo detrás de esta gran hazaña: Los científicos, astrofísicos, ingenieros aeronáuticos y todo el personal que lo hizo posible. Dedicarle un día a Yuri Gagarin y olvidarse de todos aquellos que permitieron su subida al espacio es una injusticia que se suele cometer con muchísima frecuencia.

Yuri no fue un héroe solitario que salió de la Tierra por sí mismo; sin el trabajo de todos aquellos científicos soviéticos que trabajaban casi a contrarreloj con el objetivo de romper esa frontera que representaba el espacio nada de esto habría ocurrido. Sin ellos, Gagarin no habría salido nunca al espacio y no podríamos estar celebrando esta fecha.

Todos ellos, representados por la cabeza visible de la hazaña, Yuri Gagarin, son un ejemplo magnífico del avance de la ciencia, y por eso hoy celebramos su aniversario.

"Aunque sólo una persona estaba a bordo de la nave espacial, fueron necesarias decenas de miles de personas para que fuera un éxito. Más de 7.000 científicos, trabajadores e ingenieros al igual que ustedes son condecorados por su contribución al éxito del vuelo" - Yuri Gagarin

Fuentes

- Todas las imágenes y buena parte de los datos proceden en su mayor parte de la magnífica página web (de la que orgullosamente soy miembro), Yuriesfera.

- Yuri Gagarin in Manchester

- Yuri Gagarin - Wikipedia
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The Beatles (10ª parte) Magical Mystery Tour

Los Beatles ya habían entrado completamente en el sonido psicodélico de los años 60. Sus últimos discos discos, Revolver y, sobre todo, Sgt Pepper Lonely Hearts Club Band, habían abandonado el estilo de sus primeros años, cambiándolo por uno completamente diferente, menos comercial y más enfocado a la experimentación y la búsqueda de nuevos sonidos. Este período musical acabaría dando lugar a su máximo exponente con Magical Mystery Tour, disco que es, probablemente, el que tiene una mayor presencia de rock psicodélico, y muchas de sus canciones son las más extrañas del grupo, como la delirante "I am the Walrus", que comentaremos posteriormente (evidentemente, cuando digo que Magical Mystery Tour es el mayor exponente de esta etapa psicodélica, me refiero a que es el que mejor plasma su sonido, pero no por ello significa que sea mejor que los dos anteriores discos, los cuales son considerados muy a menudo como superiores en calidad). Y es que, además, a partir de este disco los Beatles se alejarían del sonido psicodélico en busca de un estilo más rockero y maduro (con, por ejemplo, el White Album).

Muchas de las canciones de este disco pueden recordar bastante al Sgt. Pepper, algo lógico si tenemos en cuenta que fueron grabadas prácticamente juntas (los Beatles estaban pasando por un período de gran creatividad y no dejaron de componer aún cuando ya tenían el disco completo). De hecho, algunas canciones como Strawberry Fields Forever fueron grabadas inicialmente para el Sgt. Pepper, pero finalmente se acabaron incluyendo en el Magical Mystery Tour.

Grabación e historia del disco

Como acabamos de comentar, los Beatles pasaban por uno de sus años con más creatividad musical. Estaban continuamente creando nuevas ideas, no paraban nunca de componer. Y, tras poner a la venta su Sgt. Pepper, decidieron lanzarse a un proyecto un poco diferente: La creación de una película. En efecto, Magical Mystery Tour fue diseñado como banda sonora de la película del mismo nombre. Recordemos que los Beatles acaban de decidir que no iban a dar nunca más un concierto en directo, así que querían reemplazar esa ausencia con algo diferente y más innovador, así que... ¿qué mejor que una película para televisión?

Sin embargo, este plan no acabó nada bien, y las críticas hacia la película fueron muy negativas. Según parece, una de las razones de esta mala acogida es que estaba diseñada para ser emitida en color, pero fue televisada en blanco y negro, lo cual restaba muchos puntos a la calidad de la película. Sea como sea, fue uno de los pocos fracasos verdaderos en la carrera del grupo, algo muy poco común.

Pero, por suerte, la música no decepcionó, y se mantuvo en la excelente línea de calidad del grupo. Por ello, poco tiempo después apareció el álbum homónimo con la banda sonora de la película (tiene algunas modificaciones y se cambian algunas canciones, pero en líneas generales el álbum es prácticamente la banda sonora). Algunas de las canciones que se grabaron para la película son de las mejores del grupo, como las autobiográficas Strawberry Fields Forever (por parte de John Lennon) o Penny Lane (por parte de Paul McCartney).

Ya hemos comentado antes que este disco surgió en la misma época que el Sgt. Pepper, por lo que se pueden notar evidentes similitudes y sonidos parecidos. Seguramente, si ambos discos se hubieran juntado en uno solo, apenas se notaría la diferencia. Además de que, por supuesto, el éxito del Sgt. Pepper animó al grupo a hacer algo similar con el Magical Mystery Tour.

Las técnicas de estudio y la experimentación instrumental tuvieron bastante importancia, llegando a dotar de cierta complejidad a la música del álbum e, incluso, llegando a dedicar sus esfuerzos en crear una canción instrumental (algo muy extraño en los Beatles, que siempre suelen incluir una pista vocal, por muy pequeña que sea).

El disco incluye muchas características típicas de esta época: Sonidos orientales, voces extrañas o somnolientas, intento de recrear experiencias alucinógenas, muchos ruidos o elementos poco habituales en la música popular... Todo ello combinado en un intento de crear nuevos sonidos.

Canciones

En el abanico de géneros de este disco, sobresale ante todos el rock psicodélico, la base musical de todo el álbum (con canciones como "Magical Mystery Tour", "Flying", "Blue Jay Way", "I Am the Walrus", "Strawberry Fields Forever"), también encontramos folk rock ("The Fool on the Hill"), un poco de pop-rock ("Your Mother Should Know", "Hello, Goodbye", "Penny Lane", "Baby You're a Rich Man") e incluso una canción nada habitual, "All You Need is Love", una mezcla de folk rock y rock sinfónico.

Como va siendo habitual, la gran parte de las canciones están compuestas por Lennon-McCartney, pero también encontramos una aportación de Harrison y su típico sonido hindú (le encantaba este tipo de música desde que hizo una visita a la India junto al resto del grupo) y una canción instrumental que compusieron los cuatro Beatles en colaboración, Flying. Os dejo la lista completa de canciones y su compositor:

1 - «Magical Mystery Tour» - Compuesta por Lennon - McCartney
2 - «The Fool on the Hill» - Compuesta por Lennon - McCartney
3 - «Flying» - Compuesta de forma colaborativa por todos los integrantes
4 - «Blue Jay Way» - Compuesta por George Harrison
5 - «Your Mother Should Know» - Compuesta por Lennon - McCartney
6 - «I Am the Walrus» - Compuesta por Lennon - McCartney
7 - «Hello, Goodbye» - Compuesta por Lennon - McCartney
8 - «Strawberry Fields Forever» - Compuesta por Lennon - McCartney
9 - «Penny Lane» - Compuesta por Lennon - McCartney
10 - «Baby You're a Rich Man» - Compuesta por Lennon - McCartney
11 - «All You Need is Love» - Compuesta por Lennon - McCartney


Las canciones más destacadas de este disco son, a mi parecer, I Am the Walrus, Strawberry Fields Foerever y Penny Lane, las cuales procedo a comentar una a una:

I Am the Walrus es una de las canciones más extrañas y psicodélicas del grupo. Es, además, una de las canciones con más historia, llena de curiosidades: Lennon la creó principalmente porque estaba harto de que todo el mundo analizara la letra de sus canciones y de que le buscaran significados que a veces ni siquiera existían. Por ello, decidió crear I Am the Walrus, una canción llena de incoherencias, palabras inventadas, frases alteradas y desconectadas entre sí... Era un verdadero laberinto, un reto para los expertos en comentar sus canciones. Os recomiendo que le echéis un vistazo a algunos análisis de la letra. El mismo Lennon llegó a decir posteriormente que era una de sus canciones preferidas del Magical Mystery Tour, resumiendo en una sola frase lo atractivo de esta canción:

"I Am the Walrus es también una de mis canciones favoritas, no sólo porque la escribí yo, claro, sino porque es una de esas canciones con tantos detalles que incluso dentro de cien años podrían seguir interesándote"

Strawberry Fields Foerever es una canción menos extraña que la anterior, pero igualmente también se habla de ella como una de las que mejor define el estilo del álbum. Con una letra inspirada en la infancia de Lennon y un sonido inspirado por las drogas, se convirtió en una de las canciones más alabadas por la crítica y consideradas como una de las mejores composiciones de los Beatles, llena de detalles, significados autobiográficos escondidos bajo la letra, mensajes de Lennon sobre sí mismo, ruidos extraños, instrumentos poco habituales como trompetas y violonchelos... Toda una genialidad de los Beatles.

Y, finalmente, tenemos Penny Lane, una de las canciones con menos psicodelia y más cercanas al pop-rock del álbum. Al igual que ocurre con Lennon y Strawberry Fields Forever, aquí McCartney describe algunos de sus recuerdos de la infancia sobre la calle Penny Lane, en la que solía jugar con Lennon. Con un fuerte componente nostálgico, la canción combinaba un sonido más suave con un gran trabajo de estudio tras de sí: Por ejemplo, se usaron hasta seis pianos grabados a distintas velocidades e incluso conectándolos a un amplificador para conseguir distintos sonidos. Fue otra de las canciones más importantes del disco, y quizás una de las mejores de McCartney (aunque se diga que la compusieron la pareja Lennon-McCartney, fue el segundo el que más trabajó en ella).

Recepción del público y la crítica

El disco, a diferencia de la película, tuvo una acogida realmente buena entre público y crítica, que sí apreciaron el aluvión de creatividad que traía el disco. Personalmente, lo considero uno de los mejores discos del grupo, a pesar de que no se suela incluir en las clásicas recopilaciones sobre "los mejores discos de los Beatles". Aunque, todo hay que decirlo, nunca llegó a tener el impacto de otros discos.

El público lo recibió con unas ventas bastante buenas, llegando al número uno de las listas en Estados Unidos y al número dos en las listas inglesas, además de lograr posiciones similares alrededor del mundo. En definitiva, fue un éxito, aunque teniendo en cuenta que se habla de los Beatles, es habitual (y no estoy exagerando, realmente es extraño ver que alguno de sus discos no haya llegado a los primeros puestos).

La crítica, por su parte, también le dio las máximas puntuaciones. Portales y revistas como Allmusic, Blender o Pitchfork Media le dieron 5 estrellas sobre 5 (un 10 sobre 10, en el caso de la última), mientras que la revista Rolling Stone, algo más exigente, le dio 3'5 estrellas sobre 5. En resumen: Para la crítica, la calidad del disco fue todo lo contrario a la calidad de la película.

Portada

La colorida portada de Magical Mystery Tour es una fotografía perteneciente al videoclip de una de las canciones del álbum, "I am the Walrus". En este extraño (pero bien realizado) vídeo, se puede observar a Lennon vestido de morsa ("Walrus") junto a sus compañeros, también disfrazados de otros animales.

Esta portada no tiene muchos secretos o detalles escondidos (como sí lo tenían otros discos, como el Sgt. Pepper o, como veremos próximamente, Abbey Road). Sin embargo, a pesar de la aparente simpleza, representa bastante bien el sonido del álbum, esos colores tan extrovertidos y el surrealista aspecto de los integrantes del grupo ya empiezan a advertir el carácter tan psicodélico del disco.
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