Mozart y la viruela

Wolfgang Amadeus Mozart es, probablemente, el músico más influyente y destacado de toda la historia. Compuso cientos de obras y abarcó una buena cantidad de géneros musicales. Pero hoy no hablaremos de su obra, sino de una enfermedad que pudo haber cambiado por completo el mundo de la música.

Todo empezó en el año 1767, cuando el joven Mozart tenía sólo once años. Su padre (Leopold Mozart), a sabiendas del gran talento que Wolfgang encerraba, había decido hace tiempo llevar a su hijo de gira por toda Europa. Poco a poco, Mozart iba ganando reputación y mostraba su talento allí donde fuera. Sin embargo, ese año ocurrió algo inesperado: Enfermó de viruela, una enfermedad mortal y temida por todo el mundo.

Pero... ¿Qué era la viruela? ¿Qué la causaba?

Es una enfermedad infecciosa y, sobre todo, altamente contagiosa. Causada por un virus, se contagiaba rápidamente mediante el contacto directo con un infectado. Es decir, para que el virus pase de un enfermo a alguien sano debe existir algún tipo de contacto entre ellos, no basta con estar en la misma sala y esperar a que el virus haga su recorrido por el aire. Por ejemplo, tocar a un enfermo, entrar en contacto con sus fluídos corporales o simplemente con usar algún objeto que él haya tocado (sábanas, ropa...) son los medios por los que se transmitía el virus. De este modo, cuando surgía un brote de viruela en una población todo el pueblo se contagiaba con rapidez y muy pocos lograban escaparse de ello.

Pero, volviendo al pequeño Mozart, ¿cómo se contagió él? ¿dónde fue atacado por la viruela?

Como alguno ya habrá supuesto, el causante de su enfermedad fueron los largos viajes a los que lo sometió su padre. Por aquellos tiempos, se iba a casar la archiduquesa María Josefa de Austria, hija de la emperatriz María Teresa I. Este acontecimiento real era una oportunidad única para que los músicos demostraran su talento en las numerosas fiestas y celebraciones por la boda. Y Mozart no podía ser menos. Junto con el resto de la familia, su padre se instaló con Wolfgang en un pequeño hostal de Viena.

Sin embargo, la boda no se celebró. Un brote de viruela había despertado fuertemente en Viena y la futura novia María Josefa había muerto a manos de la enfermedad. Este terrible acontecimiento deshizo todas las ilusiones que tenía la familia Mozart en triunfar allí, así que se prepararon para irse. Sin embargo, un poco antes de abandonar el hostal en el que estaban viviendo, Leopold advirtió una cosa: Los tres hijos del casero estaban gravemente enfermos de viruela. Asustado, se marchó de allí todo la rápido que pudo, pero ya era demasiado tarde: Unos días después, su hijo Wolfgang empezó a mostrar síntomas de haber contraído la enfermedad.

La enfermedad de la viruela presentaba diferentes períodos a lo largo de la infección. Al contagiarse, el primer período es el de la incubación. Durante 7-17 días el afectado no siente nada raro. No es contagioso y no hay ninguna forma de saber, a simple vista, si está o no enfermo. Es decir, es el período disimulado, el virus va avanzando sin que nadie lo note.

Pasada esta primera fase, la fiebre hace acto de aparición. Llegando a alcanzar unas temperaturas de 40 grados, el malestar del enfermo es ya evidente. Unos cuatro días después de este período febril, empiezan los síntomas más característicos de la enfermedad: Las erupciones.

Las erupciones se extienden por todo el cuerpo del enfermo en sólo 24 horas, y al poco tiempo estas pequeñas erupciones se van convirtiendo en abultamientos llenos de un líquido espeso y opaco. Estos abultamientos tienen un pequeño agujero en el centro, como si fuera un ombligo. Este es, sin ninguna duda, el período más contagioso y peligroso de la enfermedad.

Al cabo de unos cuatro o cinco días, los abultamientos se convierten en pústulas. Estas pústulas son altas, redondas y firmes. De hecho, los infectados por esta enfermedad siempre decían que en este período se sentían como si tuvieran balines incrustados bajo la piel. Pasadas unas dos o tres semanas desde entonces, se forma una costra en las pústulas y éstas se acaban cayendo. La enfermedad ha terminado.

Por supuesto, no todos finalizan este proceso. De cada diez afectados por la enfermedad, mueren tres de ellos durante el desarrollo de los acontecimientos. Es una tasa bastante alta de mortalidad.

Volvamos otra vez a la vida de de Mozart. Como recordaréis, tras darse cuenta del brote de viruela en Viena, la familia Mozart había abandona rápidamente el hostal. Y Wolfgang, que había contraído allí la enfermedad, no empezó a mostrar los dolores hasta justamente una o dos semanas después de abandonar la ciudad. Este era, efectivamente, el primer período, la incubación.

Leopold y la hermana de Wolfgang escribieron en una carta los síntomas que estaba empezando a desarrollar su querido hijo por aquél entonces:
"Wolfgang se estaba quejando de sus ojos. Noté que su cabeza estaba caliente, que sus mejillas estaban también calientes y muy rojas, pero que sus manos estaban frías como el hielo. Además, su pulso no era normal. Entonces le dimos un polvo negro y lo pusimos en una cama. Durante la noche Wolfgang estuvo muy agitado y por la mañana todavía tenía fiebre (...) Cogió la viruela, por lo que estuvo tan enfermo que no pudo ver nada durante nueve días y tuvo que cuidar sus ojos varias semanas después de recuperarse"
La fiebre, la cual se corresponde con el segundo período, atacó fuertemente a Mozart, que no pudo recuperarse a pesar de los diversos tratamientos que le aplicaron. Pero un síntoma muy curioso mencionado en la cita anterior es la pérdida de la visión. ¿Por qué dejó de ver? ¿En qué afectaba esta enfermedad a la visión? La respuesta es sorprendente: Aunque una de las consecuencias de la viruela era una leve ceguera, todo apunta a que los párpados de Mozart se llenaron tanto de erupciones y pústulas que apenas podía abrir los ojos.

Después de esta aterradora experiencia, Mozart acabó saliendo victorioso de la enfermedad, logró sobrevivir a ella. Las secuelas no fueron demasiado graves: Las marcas en la piel que muchos supervivientes de la viruela sufren no se presentaron en Mozart, pero durante varias semanas mantuvo el problema con la visión, ya que uno de los mayores focos de erupciones de la enfermedad es la parte superior de la cabeza.

Sea como sea, Wolfgang fue un chico con suerte. En aquella época la viruela mataba a miles de personas y el contagio era increíblemente alto. No fue hasta el finales del siglo XVIII y principios del XIX cuando por fin se logró encontrar la vacuna contra la viruela. En la época en la que Mozart fue infectado, únicamente existía una "prevención" conocida: La inoculación.

En realidad, este tratamiento más que preventivo a veces suponía la muerte del paciente. La inoculación se basaba en la existencia de cepas de viruela más "blandas" y leves, conocidas como "viruela menor". Pasar este tipo de viruela es mucho más fácil y conlleva menos riesgos. Cuando alguien se quería prevenir de coger la viruela "mayor", el médico tenía que extraer el virus de la viruela menor de un enfermo e inyectárselo al paciente. Evidentemente, aunque este método funcionaba a veces (la viruela sólo se pasa una vez, luego se consigue la inmunidad), era muy inseguro.

El paciente corría muchos riesgos de infectarse con la viruela mayor en vez de con la menor, y buena parte de los que asistían a estos tratamientos acaban muertos. Ante tales situaciones, el método de la inoculación ganó muchos detractores, entre ellos el propio padre de Mozart, que nunca quiso inmunizar a sus hijos:
"Tratan de convencerme de que inocule al niño con viruela. Pero como les he expresado claramente mi aversión a esta impertinencia me han dejado en paz. Aquí la inoculación es una moda. Pero por mi parte dejaré el asunto en manos de Dios. Depende de Su gracia si Él desea mantener el prodigio de la naturaleza en este mundo en el que Él lo ha situado o llevárselo Consigo"
Probablemente, Leopold hizo lo correcto al tomar esta decisión. Y es que, realmente, no hubo forma segura de prevenir al enfermedad hasta que llegó un hombre con la respuesta, Edward Jenner.

Jenner tuvo una magnífica idea: En vez de usar el método de inoculación usando viruela de humanos, usó el virus de la viruela de vaca. Sus experimentos sentenciaron la lucha contra la enfermedad. Le introdujo a un chico la viruela de vaca; días después, el joven empezó a sufrir un pequeño malestar, pero no fue nada grave y se curó pronto. Según Jenner, ese joven no volvería correr riesgo de coger la viruela. Y así lo demostró: Le inyectó la cepa humana y el chico no mostró ningún síntoma. Había resistido al virus que años atrás había matado miles de personas en cuestión de días.

Por fin, había hallado la solución. Jenner creó el término "vacuna" a partir de "variolae vaccine" (viruela vacuna). Con el tiempo, la vacunación se extendió por el mundo entero y para el año 1977 la enfermedad ya se había extinguido en el mundo entero. A día de hoy, las plagas de viruela son sólo una fantasía que no puede ocurrir.

Cabe destacar también que, recientemente, se ha anunciado con cierto toque de sensacionalismo que la viruela vuelve a África. Cierto es que la viruela ha aparecido en humanos de nuevo, no se puede negar, pero no hay que entrar en pánico. En el estudio llevado a cabo se demuestra que esta variante de la viruela ha saltado desde los simios hasta los humanos. Es decir, el simio contagia al humano, pero los humanos no se pueden contagiar entre sí. Por tanto, ahora mismo sigue siendo impensable que una población acabe contagiándose entre sí como ocurría antiguamente. La causa de que algunos afectados estén sufriendo esta enfermedad es porque han comido o han estado en contacto con roedores y simios enfermos. La viruela humana está completamente eliminada.

Además, se cree que esta variante de la viruela aparecida en África sólo tiene un índice de muertes de entre un 1 y un 10 por ciento. Si se aplica la seguridad necesaria y se usa de nuevo la vacuna en caso de que sea más seguro, el problema se solucionará sin ningún inconveniente.

El Mozart del futuro no estará en peligro por culpa de esta enfermedad.

Fuentes

Mozart y la viruela - Wikipedia
Viruela - Wikipedia
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14 comentarios:

Alfonso dijo...

Que interesante todo esto. El hecho de que la viruela humana este erradicada totalmente desde el 77 me hizo pensar en qué estarían pensando en mi escuela cuando nos íbamos de campamento (a fines de los 90s) cuando en la ficha de salud pedían que indicaramos las enfermedades que habiamos sufrido alguna vez y una de las opciones era la viruela. Más de 10 años después de eso uno se queda pensando en si esa gente realmente sabría que la viruela no existía mas xD

Pepe Cahiers dijo...

El destino no quiso privarnos de uno de los genios indiscutibles de la humanidad. No obstante, circula la leyenda de que la viruela se mantiene latente en algún laboratorio lista para la guerra química.

Marcos Callau dijo...

Aunque últimamente están apareciendo enfermedades antiguas que pasaban nuestros abuelos espero que no se vuelva a reproducir ésta tan peligrosa. Afortunadamente Mozart salió ileso.

Cendrero (Adm. El Busto de Palas) dijo...

@Asfonso: Jajaja, quizás había algún repetidor que había suspendido una y otra vez :P Es broma...

Quizás fuera la costumbre de ponerlo en el formulario, o con tal de que los padres tuvieran total seguridad de lo que se hacía en las acampadas y se sintieran mejor ¿? Quién sabe :D

@Pepe: La leyenda de la viruela en un laboratorio tiene una parte cierta y una falsa. Según tengo entendido, cuando se erradicó la enfermedad, se guardaron dos muestras de viruela para su estudio científico en el laboratoria. Únicamente con fines científicos, ya que entonces la enfermedad no había sido estudiada en profundidad.

La suposición de que algún grupo terrorista las posee es mera especulación. Lo único asegurado es lo que te acabo de comentar, que se guardaron para la investigación y el avance del conocimiento de la enfermedad.

@Marcos: Sí que fue una suerte que Mozart saliera ileso, ¡cómo habría cambiado el mundo de la música sin sus contribuciones! Quizás hemos perdido a más de un genio sin darnos cuenta a causa de enfermedades de este tipo. Nunca lo sabremos...

Esperemos que esta enfermedad no vuelva a salir. Por ahora, no hay motivos de preocupación.

Dani dijo...

Hola Cendrero. Desde que ayer ví el título de esta entrada, no he encontrado el momento ni la situación para una lectura lenta y en condiciones adecuadas. Hasta ahora. La mezcla entre un genio de la música como Mozart, el número 1 indiscutible (la pregunta buena es quién es el nº2; al igual que pasa en ciencia con Newton) y un hecho de actualidad como el rebrote de viruela es PERFECTA.

La estructura del artículo (y su riguroso contenido) es de lo mejor que he leído. Y ya viene siendo muy habitual que lo mejor que leo sea en El Busto de Palas (con permiso de Amazings y Yuri)

Dani dijo...

En los cinco meses de vida de este blog hay una clara progresión (estilística y de contenido) que va "in crescendo"

¿Soy el único que se ha dado cuenta?

Cendrero (Adm. El Busto de Palas) dijo...

Jaja, gracias Dani :D Me alegro mucho de que te gustara el artículo, y gracias por los halagos.

No sé, será el verano, que deja tiempo libre para pensar en las musarañas y de ahí se sacan ideas ;) Esperemos que siga teniendo tiempo ahora que empieza otra nueva época post-veraniega.

Por ahora quiero dejar la serie de los animales extintos. Ha durado casi todo el verano y ya va siendo hora de jubilarla. Tengo pensado hacer una nueva, algo más "práctico". Ya verás :D

Por cierto, ahora que mencionas a Yuri, genial su nuevo diseño. Comprarse un dominio y hosting propio es todo ventajas ;)

Dani dijo...

Ya sé por donde vas... ;-)

Alive dijo...

Interesante artículo. La viruela en África debería erradicarse lo antes posible, no me gusta mucho verla por ahí, en cualquier momento evoluciona, puede ser contagiada de humanos a humanos y crea una masacre en África, aunque creo que exagero bastante y que me llevo por la imaginación.
Por cierto, yo también he oído algo de la viruela por ahí, que la tenían en laboratorios, que podían estar creando variantes muy peligrosas y sin cura para ellas... ¿no os recuerda esto a aquella hipótesis de la gripe porcina? Pero bueno, estas dos hipotésis no dejan más que ser rumores infundados sin pruebas.

Saludoss.

Cendrero (Adm. El Busto de Palas) dijo...

@Dani: ;) Jeje... no busques significados raros :D

@Alive: Lo que mencionas en África sí que podría ser un proceso real y peligroso si no se controla con la suficiente seguridad. Como digo, mientras se traslade sólo de simio a humano no pasa nada, pero si el virus evoluciona para pasar de humano a humano podría ser peor. Pero, nos estamos poniendo en el peor de los casos, muy mal tendría que estar la seguridad de la medicina mundial para que esto ocurra. Seguro que ya lo están controlando.

Los brotes de viruela que hay en laboratorios se usan para investigarla y prevenir de un posible resurgimiento o por simple curiosidad científica, para ver cómo actuaba. No creo que estén planeando una guerra biológica :D

Saludos.

Kinezoe dijo...

Afortunadamente, Mozart lograría sobrevivir a la viruela. Desgraciadamente, murió siendo aún muy joven... Se dice que siempre arrastró una salud muy débil. Quizá, la férrea disciplina de trabajo que tuvo que soportar desde bien pequeño tuvo algo que ver con sus achaques de mayor...

Muy interesante el post, Cendrero. Desconocía la historia de Edward Jenner y la vacuna. Por cierto, impresionan las fotografías con los efectos de la viruela.

Saludos.

Isabel Fotògrafa dijo...

Al padre con su afán del reconocimiento, casi le cuesta la vida de su hijo...
Yo también desconocía la historia de la vacuna y menos, la experiencia de mozart.

Yunni dijo...

Hola Cendrero ¿Desde el 77 entonces ya no están dando vacunas contra la viruela? Según recuerdo, en la India hay una diosa de la viruela y antes la gente no se encariñaba con los niños. Porque preferían primero llevarlos a esta diosa, para ver si se quería llevar al niño o no. El problema era que en el culto se congregaba mucha gente con viruela. También, si mal no recuerdo, en el pasado la gente consideraba muy bella a la poca gente que no tenia cicatrices por la viruela.

Cendrero (Adm. El Busto de Palas) dijo...

@Kinezoe: La verdad es que sí, yo también he oído eso de que Mozart era bastante débil en el aspecto de la salud. No sé si esos viajes tendrían algunas repercusiones en la edad adulta, pero lo que es seguro es que debieron de ser aterradoramente cansados. En esos tiempos era mucho más complicado viajar, y además no paraban de ir de un sitio para otro.

Me alegro de que te gustar al post, gracias. Las fotos de la viruela son terribles sí, pero es la única forma de ver hasta dónde puede llegar esta mortal enfermedad.

Saludos :)

@Isabel: Pues sí, tantas intenciones de que su hijo fuera famoso y destacara casi provocan que no lo hubiéramos disfrutado nunca. Una verdadera suerte.

Me alegro de que descubrieras nuevas curiosidades con el artículo, muchas gracias por pasar por aquí.

Saludos y bienvenida al blog ;)

@Yunni: Respondiendo a tu primera pregunta, desde esa fecha ya no es necesario. No hay ninguna razón por la que se deba hacer. Quizás durante los primeros años (finales de los setenta y principios de los ochenta) se siguiera administrando por miedo a que resurgiera, pero no es en absoluto necesario. De hecho, cuando se habla de un posible brote de viruela en el futuro siempre se dice que los más jóvenes serían los primeros en caer, ya que no están inmunizados contra la enfermedad.

Yo también he leído la historia de los jóvenes bebés indios. De hecho, a los bebés se les llamaba "kumará, palabra que viene a significar "fácilmuere". Como digo, la viruela se extendía rápidamente sin compasión, era una enfermedad muy temida.

Saludos!

 

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