Animales que ya no podemos ver (13ª y última parte) Animales varios

Nuestra serie sobre animales extintos está llegando a su fin. Tras 12 entregas, en las que hemos hablado de muy diferentes animales extintos por causas totalmente dispares, es la hora de ir cerrando este pequeño apartado del blog.

Sin embargo, existen otros muchos animales extintos llenos de interesantes anécdotas por contar. Por unas causas u otras, no tienen características lo suficientemente "únicas" como para dedicarles un artículo a cada uno, pero se merecen un pequeño recordatorio.

Quizás sea por culpa de que son una subespecie de un animal que existe en la actualidad, o porque quizás los científicos no tienen suficientes datos sobre él, los animales de los que voy a hablar a continuación no tienen suficientes características especiales como para hacer de ellos un artículo tan extenso como los anteriores, pero sí que se merecen una pequeña mención.

Muchos de los animales de los que voy a hablar hoy han sido recomendados por los propios lectores de este blog, así que también haré una mención especial al final del artículo agradeciéndolo a aquellos que han participado. Dicho esto, comencemos:

Xenicus lyalli

El Xenicus lyalli era un pequeño pájaro rechoncho, de cola y alas cortas e incapaz de volar. Era bastante inofensivo y, como podréis adivinar por sus características, incapaz de defenderse. Esto no fue un gran problema para su supervivencia, ya que vivía únicamente en un islote muy pequeño, cerca de las islas principales de Nueva Zelanda, la "isla Stephens". Sin embargo, a finales del siglo XIX, se instaló un faro para mejorar la navegación de los barcos que pasaran por allí. Únicamente fueron a vivir a la isla el guardián del faro D. Lyall y su gato.

Un día, mientras Lyall cumplía con su rutina, vio a su gato cazando a unos pajarillos. Estos pájaros recién descubiertos resultaron ser los Xenicus lyalli, y acaban de extinguirse por culpa del gato. En total, el guardián del faro le quitó 13 especímenes a su gato y le envió la mitad al zoólogo Lionel Walter Rothschild para que los investigara. Según la leyenda, desde ese día no se ha vuelto a ver a esta especie. Es uno de los pocos animales que se extinguieron al mismo tiempo de ser descubiertos. Su población debía de ser increíblemente baja, ya que no se ha detectado algo similar en ninguna parte del mundo, y el gato (supuesto extintor de toda una especie) sólo cazó 13 pájaros.

Sin embargo, estudios recientes demuestran que, aunque esta especie está extinta, el gato del guardián del faro no fue el único responsable. Al parecer, esta bonita leyenda no es del todo cierta, ya que durante años posteriores otros gatos cazaron a más Xenicus lyalli hasta llevarlos a la extinción.

Oso de las cavernas

El oso de las cavernas, de nombre científico Ursus spelaeus, fue una extinta especie parecida al oso actual que vivió en Europa durante el Pleistoceno. Era un oso bastante grande, con unos 130 cm de altura a la cruz (es decir, la altura desde los pies hasta el hombro cuando está a cuatro patas) y llegando hasta los 3 metros en posición erguida. En el caso de los machos, el peso rondaba los 500 kilogramos.

Aunque pueda tener muchas semejanzas con el oso pardo actual (animal con el que convivieron), el oso de las cavernas también tenía sus diferencias. Por ejemplo, el morro del oso cavernario era menos destacado y su frente estaba considerablemente más hundida. Sus patas delanteras eran más largas y poderosas que las traseras, como se puede observar en la ilustración. Y, según indican sus poderosos molares, tendía a ser más herbívoro que carnívoro, aunque se alimentaba de ambas formas. Al igual que los osos actuales, también hibernaba y solían vivir de forma solitaria.

Los humanos y neandertales cazaron a este animal de forma regular, aunque con poca intensidad (principalmente, por la dificultad de enfrentarse a un macho de gran tamaño). Sin embargo, la causa de su extinción fue un cambio climático producido hace 27.800 años, el cual afectó gravemente a su hábitat. También es digno de mencionar que, en unas cuevas antiguamente habitadas por neandertales, se han encontrado excavaciones en las paredes que cumplían la función de un sarcófago. Sin embargo, en su interior estaban situados los cráneos de unos osos cavernarios en fila, por lo que se sospecha que los neandertales podrían haber rendido algún tipo de culto a este animal.

León europeo

El león europeo es una subespecie del león actual, por lo que guarda muchos parecidos con los que podemos ver a día de hoy (de hecho, hay quien lo considera dentro de la subespecie del león asiático, debido a sus grandes semejanzas). Habitaban el sur de Europa hace miles de años, en zonas como la Península Ibérica, Italia, el sur de Francia o los Balcanes.

Este animal fue bastante famoso en la época del Imperio romano y en de la antigua Grecia. Emperadores, generales y nobles de ambas civilizaciones organizaban cacerías del león europeo. Eran cacerías bastante populares entre las clases más altas de la sociedad, y en seguida se convirtió en una cacería excesiva para la especie y muy popular entre el resto de los estratos de la sociedad (también entre los plebeyos que tuvieran la oportunidad de cazarlos). Además, los romanos también utilizaron a este animal para sus famosos combates de gladiadores y empezaron a capturarlos con gran frecuencia.

Los últimos ejemplares de esta especie se encontraron en la, por entonces romana, provincia de Acaya (actualmente, parte de Grecia). Se extinguió aproximadamente en el siglo I d.C, debido a la excesiva caza por parte de los cazadores romanos. Se cree que en la zona del Cáucaso podrían haber sobrevivido unos siglos más (quizás incluso podrían haber llegado hasta el siglo X), pero por aquel entonces la especie ya estaría condenada a desaparecer.

Fororacos

El fororacos, de nombre científico Phorusrhacos, era una gigantesca ave depredadora. Tenía el tamaño de un avestruz (aproximadamente, 2'5 metros de altura y 130 kilogramos de peso) y era una de las mayores aves carnívoras que ha existido. Muy apropiadamente se le conoce a veces como "ave del terror" por razones obvias. Sus alas eran muy rudimentarias y tenían la forma de un brazo con garras (sólo la forma) que utilizaban para agarrar a sus presas, por lo que era incapaz de volar.

Se alimentaba de pequeños mamíferos y carroña. Se cree que tenían dos formas de matar a sus presas: En primer lugar, podían atraparlas con su pico y estrellarlas contra el suelo repetidas veces hasta que ésta muriera. Por otra parte, también podrían matar a sus presas mediante un golpe directo con el pico, el cual acabaría instantáneamente con su víctima. Como vemos, el pico era su principal arma: Era extraordinariamente grande y terminaba en forma de gancho para penetrar en el cráneo de las presas.

Vivía en bosques y pastizales de la Patagonia argentina, durante la época del Mioceno. Cuando se descubrieron sus fósiles, se creyó que era un mamífero del orden Xenarthra (es decir, el orden de los osos hormigueros, armadillos, perezosos...), pero posteriores investigaciones confirmaron que era un ave. Las causas de su extinción no están muy claras, pero se especula que pudo ser por la competencia de otros animales o por cambios en su hábitat natural.

Hienodonte

El hienodonte es un género extinto de mamíferos carnívoros. Aparecieron a fines del Eoceno, hace 41 millones de años, y vivieron hasta el Mioceno, hace unos 21 millones de años. Se extendieron por casi todos los continentes, excepto en América del Sur, Australia y la Antártida.

Algunas de las especies de este género llegaron a alcanzar la estatura de un rinoceronte actual, mientras que otros tenían un tamaño considerablemente más pequeño (en total, hay más de 20 especies dentro de este género, por lo que hay algunas diferencias entre ellas). Entre los rasgos que mantenían en común, destaca principalmente su alimentación únicamente carnívora. Su cabeza era bastante grande y alargada, pero su cerebro era muy pequeño en comparación con ella. Su cuello bastante pequeño (mucho menor que su cráneo, por ejemplo), pero el resto del cuerpo era largo y robusto, terminado en una extensa cola.

Aspectos como el peso o la altura son los más difíciles de determinar, con diferencias enormes: Mientras que la especie más grande llegaba hasta los 500 kilogramos de peso (H. gigas), otras tenían apenas unos 20 kilos (H. crucians). Al igual que con el anterior animal que hemos visto, su extinción fue una combinación de varios factores, tales como el cambio climático, alteraciones en su hábitat o la introducción de nuevas especies que le harían la competencia.

Entelodóntido

Los entelodóntidos son una familia de mamíferos muy parecidos a los cerdos que podemos ver hoy en día. Vivían en los continentes de Asia y Norteamérica hace aproximadamente entre 45 y 25 millones de años y su alimentación era omnívora, basada en pequeñas plantas y carroña. Según los fósiles, su cerebro tenía el tamaño de un puño cerrado.

Las comparaciones con el cerdo son inevitables, ya que comparten muchos rasgos y están emparentados biológicamente, pero tienen ciertas diferencias: Sus patas eran más largas y finas, llegando a dotar al entelodóntido de unos 2 metros de altura. Pero, sin duda, la característica más diferenciadora de este animal son las dos protuberancias óseas que tiene a ambos lados de la cabeza (como bien se puede observar en la ilustración). Se cree que su función pudo haber sido la de fijar los músculos de la mandíbula, pero hay indicios de que también era un rasgo sexual (ya que los machos las tenían mucho más desarrolladas que las hembras).

También se ha dicho que estas protuberancias podrían haber tenido un papel importante en su alimentación a modo de arma. Como hemos dicho antes, eran onnívoros, pero presentaban una tendencia a cazar y comer animales vivos antes que carroña o plantas. Este pudo haber sido uno de los animales más poderosos de su hábitat a la hora de cazar, gracias a los devastadores golpes que podrían propiciar sus mandíbulas.

Gigantopithecus blacki

El Gigantopithecus blacki es una especie de primate extinto que vivió en Asia en el Pleistoceno (desde aproximadamente un millón de años hasta hace unos 300.000-100.000 años). Es el mayor simio que ha vivido, con una altura de 3 metros erguido y un peso de hasta 600 kilogramos. Su medio de locomoción es todavía bastante incierto: Por un lado, hay quien afirma que caminaba de forma bípeda, mientras que otros afirman que caminaba a cuatro patas. Aunque no hay datos determinantes sobre ese apartado, todo indica a que realmente andaba a cuatro patas y sólo estaba en posición erguida en escasas ocasiones. Por ejemplo, el mayor argumento para defender su forma cuadrúpeda de andar es su enorme peso, que habría resultado ser devastador para sus articulaciones al andar a sólo dos patas, mientras que habría estado mucho mejor repartido si se extiende por todo el cuerpo.

La historia de su descubrimiento es también sorprendente: El paleontólogo Ralph von Koenigswald encontró una muela enorme en una farmacia de Hong Kong. Impresionado por el tamaño de la muela, la compró y se puso a investigarla. Tras encontrar más muelas en otras farmacias chinas, determinó finalmente que se trataba de una nueva especie.

Era vegetariano, y, según los datos obtenidos del análisis de sus mandíbulas, basaba su alimentación en el bambú, semillas y frutas. Su extinción es todavía una incógnita, ya que no hay datos determinantes, pero los científicos sugieren que podría ser un cambio climático o la competencia de otras especies.

León americano

El león americano, de nombre científico Panthera leo atrox, fue una subespecie del león actual (al igual que el otro león del que hemos hablado hoy, el león europeo). Evidentemente, éste habitaba en el oeste de Norteamérica, desde Alaska hasta México. Vivió durante el Pleistoceno y fueron unos de los felinos más grandes que han existido jamás (alrededor de un 25% más grandes que los leones africanos actuales).

Medían alrededor de 1,27 metros sin melena y los machos pesaban entre 272 y 363 kilogramos. Eran los depredadores dominantes de la América glacial, superando a cualquier otro carnívoro de su época (incluido el Smilodon). Además de esta superioridad en el tamaño, también eran más inteligentes que el resto de leones actuales, con un cerebro notablemente más grande que el resto en comparación con su tamaño. Esto le permitía desarrollar conductas sociales más elaboradas, como mejores técnicas de caza o la organización de la vida en manada (se han encontrado restos de manadas de cien individuos viviendo en cuevas).

Eran carnívoros, y cazaban grandes presas de enorme tamaño. Asnos, caballos, bisontes, ciervos e incluso pequeños mamuts y mastodontes caían frente a ellos. Los leones americanos fueron víctimas de una extinción masiva que ocurrió en América. Murió junto a muchos otros animales de su misma época, como los megaterios. Principalmente, los responsables fueron una gran serie de cambios naturales, aunque también se especula que la expansión de los humanos pudo haber influido de forma secundaria en la extinción de este magnífico animal.

Agradecimientos y futura serie

Fisilosofo me recomendó hablar sobre el Xenicus Iyalli, el primer animal que hemos comentado en esta entrada. Pepe Cahiers me dio la idea de varios de estos animales: El oso de las cavernas, el león europeo, el fororacos, el hienodonte y el entelodóntido. Gárgola me informó sobre el Gigantopithecus blacki. Y, por último, octopusmagnificens me recomendó el Panthera leo atrox. Si me he dejado alguna recomendación en el tintero, me podéis avisar en un comentario.

Por supuesto, también os agradezco a todos los que habéis leído y comentado a través de estos 13 artículos que se han distribuido por casi todo el verano. En breve empezaremos una nueva serie completamente diferente (una pista: tratará sobre matemáticas... y voy a intentar que podáis hacer algo más que "leer" el artículo sin más), pero durante unos días vamos a continuar con artículos sueltos, para dar un descanso entre serie y serie.

Y aquí termina nuestro "Animales que ya no podemos ver". Si queréis recordar entradas antiguas, en la pestaña "Series" podréis volver al pasado.

Fuentes

Xenicus lyalli - Wikipedia
Ursus spelaeus - Wikipedia
Panthera leo europaea - Wikipedia
Phorusrhacos - Wikipedia
Hyaenodon - Wikipedia
Entelodontidae - Wikipedia
Gigantopithecus blacki - Wikipedia
Panthera leo atrox - Wikipedia
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16 comentarios:

Patricia dijo...

Muy interesante. Es la primera vez que paso por aquí, pero volveré. Reflexionar sobre las especies que ya no podremos ver, te abre la mente en muchos sentidos. Yo hace tiempo que ando personalemente comprometida con el proyecto Gran Simio, pensando en esas especies genéticamente tan cercanas que "pronto" no podremos ver.

Te dejo el artículo que mi compi de fatigas "Oriol" escribió con motivo de la visita de Willie Smit a Barcelona, en defensa de los Orangutanes de Borneo, a la que los dos asistimos.

http://blocs.lescorts.cc/cienciamllongueras/2009/03/09/un-sospir-desperanca-al-paradis-willie-smits-lamic-de-lhome-del-bosc/

Volveré a pasar. Me ha gustado!!

Dani dijo...

Excelente colofón para una serie maravillosa que seguro se convierte en un clásico con el tiempo.

Enhorabuena

Anónimo dijo...

Interesante broche, me ha parecido muy curioso el fororacos :D.

Y esperando con ansia la nueva serie matemática, que si además será interactiva (por lo que se puede leer entre líneas), me parece que triunfará.

Saludos, y gracias por la mención!

Marcos Callau dijo...

Hola Cendrero. Me da pena que se termine esta sección, pues era una de mis favoritas. Has hecho un gran repaso y me has hecho aprender mucho. De esta última sesión me quedo con el león americano. Siempre me ha impactado este animal, siempre me ha parecido muy poderoso. El Fororacos no lo conocía y me ha parecido muy interesante. Un abrazo cendrero.

Pepe Cahiers dijo...

Lo de león europeo es curioso porque, tradicionalmente, se creía que los que tenían los coliseos romanos eran de procedencia africana, cuando en realidad los tenían a la vuelta de la esquina. Impresionante el hominido de tres metros, jamás lo había visto, aunque me resulta familiar por las fotos del Yeti o Pies grandes.

Yunni dijo...

Cendrero, gracias por tus artículos ¡Que pesar que se acaba esta serie! Pero tal vez en el futuro veamos la parte II, la venganza ¡Ja ja ja! Oye ¿El león europeo, no tenia melena? Ese Gigantopithecus blacki se me parece mucho al doctor Zaius ¡Ja ja ja!

Anónimo dijo...

Llegué con la serie ya empezada, pero las entregas que he leído me han gustado mucho, tanto por tratar animales extintos que no son de los más conocidos, como por la buena documentación. Me ha llamado la atención que el león europeo llegase vivo a tiempos de los romanos. Siempre creí que los que llevaban a los anfiteatros eran en realidad, leones del Atlas. Pobretes.

Alive dijo...

Cuando vi la imagen del Gigantopithecus me pareció que era el Yeti :). Y, quién sabe, si fantaseamos un poco y tomamos por ciertos los testimonios que hay acerca del yeti, podría ser algún especimen de este primate que sobrevivió.
Por cierto, el Xenicus lyalli me recuerda al kakapo (Strigops habroptilus según wikipedia); en las cuatro primeras líneas al menos lo describe perfectamente.

Saludoss.

octopusmagnificens dijo...

Creo que todos nos hemos apenado un poco con la suerte del Xenicus lyalli. Me pregunto si estos pájaros tratararían siquiera de escapar de los gatos. Es conocido que el dodo no le tenía miedo a nada y se dejaba atrapar como un tontorrón.

Gárgola dijo...

A mi también me apena que terminen estos animales extintos, pero todo termina alguna vez, tarde o temprano. Solo agradecerte el magistral trabajo realizado por usted en esta serie. Espero con ansias su nueva serie, seguro nos sorprende.
Un saludo

miquel zueras dijo...

Felicitaciones por esta serie. Quería preguntarte si conoces un libro publicado hará 10 años llamado "Animales en vías de aparición" en el que se especulaba sobre como sería la fauna del futuro. Saludos. Borgo.

Anónimo dijo...

Un fantástico final para esta gran serie Cendero.

Me han gustado, sobre todo, la paloma migratoria y el león americano.

Alexandre Vaudeville dijo...

Si, ciertamente, coincidir que los animales extintos sean muy diferentes de los actuales para poder escribir algo más que unas pocas líneas, no es algo que se pueda elegir. Ciertamente, la evolución es algo lento y la extinción demasiado rápida. Ojalá hubiesen nuevas especies vivas que poder comentar, pero me temo que por lo que tengo entendido sólo hay insectos, virus y enfermedades...

Bien, debido a mi humilde culturilla de cómic tengo que comentarte que el primate conocido como SasGigantopithecus blacki, me ha recordado a un personaje llamado Sasquatch, de un grupo de SuperHéroes canadienses llamado los Alpha Flight (una especie de X-men del norte de los USA). Y vaya, la verdad es que ver a un primate de 3m o a un ave de 2,5m, seguro que "acojonaba", pero claro un "pájaro" que no podía volar en un ambiente hostil, tenía los días contados.

Me ha gustado tu apunte final en el artículo con eso de si queréis recordar entradas antiguas "podréis volver al pasado", muy fino, si señor.

Saludos.

Cendrero (Adm. El Busto de Palas) dijo...

@Patricia: Gracias :D Me alegro de que te gustara el artículo/blog, bienvenida. Una coincidencia que llegues justo cuando se acaba la serie XDD Pero bueno, así no pierdes nada de la siguiente ;-)

Algún día quizás hable del proyecto Gran Simio, es algo interesante y que muchas veces no se toma con seriedad (tanto por parte de los que lo rechazan sin más como por parte de los que no aceptan críticas al proyecto). Estaría bien investigar un poco sobre él de forma objetiva.

PD: No sé nada de catalán, pero intentaré leer el artículo que me dejas con ayuda del GoogleTranslate ;-)

@Dani: Jaja, Dani, muchísimas gracias. Creo que te pasas llamándola "futuro clásico", pero bueno, ya veremos lo que pasa XDD

Saludos ;-)

@fisilosofo: Curioso animal sí, debería de ser bastante impactante.

La nueva serie intentará (intentará, otra cosa es que lo logre :P ) que vosotros os metáis más en el artículo (sin fórmulas ni nada, para que sea accesible a cualquiera de forma fácil). Véremos qué consigo con ella, por ahora no tengo ningún artículo escrito, es sólo la idea.

Gracias a ti por avisarme del animal y por pasar. ¡Saludos!

@Marcos Callau: Hola Marcos, ya iba siendo hora de terminar esta serie, mejor no hacerse repetitivo de más ;-)

El león americano es bastante interesante, la verdad. Sobre todo, teniendo en cuenta sus parecidos y diferencias con los leones actuales, es bastante especial. El Foraracos veo que ha tenido éxito, me alegro. Es también un animal fascinante, a mí me encantó descubrirlo.

Saludos :)

@PEPE CAHIERS: Cierto, siempre se ha creído que eran leones normales los que iban a los coliseos romanos, cuando en realidad no era así. Eso sí, hay que destacar que, evidentemente, cuando estos leones se extinguieron, los romanos empezaron a utilizar también leones normales para sus juegos. Hay que tenerlo en cuenta ;-) Respecto a tu comentario sobre el Yeti, mira la respuesta que le doy a Alive que hago unos comentarios más abajo, también es válida para tu comentario.

@Yunni: Jeje, pues no descartes que en un lejano futuro me embarque con alguna sobre los dinosaurios o similares ;-)

Buena pregunta la de la melena y el león europeo. La verdad es que, según las pinturas rupestres, se cree que no. Nuestros antepasados sólo dibujaban a los leones europeos, pero en ningún momento les dibujaban melenas o algún indicio de ellas. Quizás no tuvieran...

Cendrero (Adm. El Busto de Palas) dijo...

@copepodo: Gracias por el comentario copépodo ;-) Sobre todo intenté que no fueran muy famosos los animales tratados, me alegro de que la serie haya gustado en general.

Como he comentado antes, los leones que se usaban para los "juegos" romanos eran leones europeos, pero, cuando se extinguieron, tuvieron que traer también leones africanos. Prácticamente se puede decir que cuando extinguieron al europeo se lanzaron a por la otra especie.

@Alive: Jejeje, no creo que las leyendas del yeti tengan nada que ver con esto ;-) Es un simple mito. Fíjate de nuevo en esta frase del texto y verás cómo tú mismo descartas esa posibilidad: "basaba su alimentación en el bambú, semillas y frutas". Se supone que el famoso yeti vive en cordilleras nevadas y llenas de nieve. Por tanto, es completamente imposible que viviera en esas zonas. Igual ocurre con el resto de homínidos, los cuales sólo sobreviven en zonas boscosas o tropicales. Es un simple mito, pero gracias por aportar una pregunta tan interesante :)

¡Saludos!

@octopusmagnificens: La verdad es que es una muerte peculiar, una pena que no los pudiéramos conocer en más profundidad debido a su temprana muerte. Verlos tan indefensos mientras son cazados por el gato es una imagen que da pena :')

@Gárgola: Muchísimas gracias Gargola, es genial ver que os ha gustado tanto esta serie, esperemos que con la siguiente no os decepcione. Ya veremos lo que ocurre ;-)

Gracias por pasarte por aquí. Saludos...

@miquel zueras: Gracias, y bienvenido al blog ;-) No conozco el libro del que me hablas, pero intentaré buscarlo y, si lo encuentro, le echaré un buen vistazo. Gracias por la recomendación. Saludos.

@Pablo: Gracias Paquetolius, gracias por comentar. La paloma migratoria tuvo una gran historia, la verdad es que fue uno de los posts que más disfruté escribiendo, me alegro de que también te gustara a ti.

Saludos...

@Alejandro (vuestro humilde narrador): Ciertamente, hay algunos animales que se parecen muchísimo a los que pueblan hoy la Tierra. Me dejo muchos animales en el tintero que apenas tenían unas cuantas diferencias con los actuales y el resto eran igual.

No conozco el cómic que me comentas, pero sí que debía de asustar bastante verlo en acción XD

La parte final fue una tontería, pero me alegro de que quedara bien :-P Tenía que meter por algún lado el enlace a las series y fui de forma directa, no me ando con rodeos ;-)

Unknown dijo...

Artículos interesante.
Ahora como animalista que soy y consciente de lo que nos rodea, no me gusta cuando se menciona tanto al "pobre gato" por haberse "cargado" una especie. No fue el gato en si, la culpa lo tiene el humano que debió importarle una mierda lo que le rodeaba, consciente de su ignorancia. El gato, hizo lo que tiene que hacer un animal, no es consciente de sus actos que son naturales desde hacía millones de años, el que no era natural, es el hombre, tanto en construir el faro en esa isla (que de por seguro afecto a esa especie), como el de llevar un gato (podría haber llevado un simple perro, que lo mismo, no hubiera perjudicado a la ecología local).. Yo tengo gatos y mis ventanas están protegidas, tanto, para que ellos no se caigan como para que no se acerquen los pajaritos.
Pero aparte de esta aclaración felicitar por tan interesante labor de informar a la gente de estas cosas.

 

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